domingo, 3 de febrero de 2019

La Teoría del bosque oscuro como recurso literario de ciencia ficción por Roberto C. Suárez

¿Los seres humanos podríamos ser la única civilización avanzada en el universo?
Según la conocida ecuación de Drake el número de civilizaciones extraterrestres debería destruir cualquier pensamiento en este sentido.
Aunque la respuesta de Fermi a esta ecuación es que si hubiera numerosas civilizaciones avanzadas en nuestra galaxia entonces: ¿Dónde están? ¿Por qué no hemos encontrado trazas de vida extraterrestre inteligente, por ejemplo, sondas, naves espaciales o transmisiones de radio? Esta es la también conocida paradoja de Fermi.
Por otro lado, no viene mal traer a colación la escala de Kardashov, que es un método para medir el grado de evolución tecnológica de una civilización, basadas en la cantidad de energía que ésta es capaz de utilizar de su entorno.
Esta escala fue propuesta por el astrofísico ruso Nikolái Kardashov en 1964 y tiene tres categorías, llamadas Tipo I, II y III.
En términos generales, una civilización de Tipo I ha logrado el dominio de los recursos de su planeta de origen, Tipo II ha logrado el manejo de la energía que puede proveerle un sistema planetario, y Tipo III maneja a "gusto y piacere" la energía que puede obtener de una galaxia.
Y en consecuencia estos tipos, que se incrementan de manera exponencial, también denotan el grado de colonización del espacio que tiene esa civilización.
Bajo estos términos la humanidad tendría actualmente un valor de 0,73 en dicha escala, con cálculos que sugieren que podríamos alcanzar el estado Tipo I en unos 100 o 200 años, el Tipo II en unos cuantos miles de años, y el Tipo III entre unos 100.000 a un millón de años. 




Si los sabios actuales calculan que el universo tiene aproximadamente la edad de 13.700 millones de años y que el hombre ha aparecido sobre este mundo hace aproximadamente unos 300.000, todo parecería indicar que el universo, nuestra galaxia deberían estar plagados de civilizaciones altamente avanzadas. 
Pero lamentablemente a la fecha seguimos sin encontrar indicios concretos de ello.
Lo cual nos lleva a nuestra pregunta originaria:
¿Es que acaso lo seres humanos somos la única civilización avanzada en el universo, en esta galaxia?
Hay una respuesta a ello, la llamada “teoría del bosque oscuro”.
Sabemos que todas las medidas del Universo son abrumadoramente vastas. El diámetro de la Vía Láctea es de 100.000 años-luz. Esto quiere decir que la luz, viajando a 300.000 kilómetros por segundo, tardaría 100.000 años en recorrer la galaxia de un extremo a otro.
Alfa Centauri es el sistema estelar más cercano al Sol y se encuentra a unos 4,37 años luz (41,3 billones de kilómetros) de distancia.
Alfa Centauri, también conocida como Rigel Kentaurus, consiste en un sistema de tres estrellas unidas gravitacionalmente. Un sistema ternario de estrellas que orbitan un centro de masas, Alfa centauri A y Alfa centauri B, más una tercera estrella enana roja, Próxima Centauri, que órbita alrededor de las 2 estrellas Alfa centauri A y B.
Así, la distancia al más próximo de los sistemas que según la opinión de muchos alberga planetas habitables, resulta hoy para nuestras posibilidades de viajes espaciales, realmente inaccesible.
La sonda Voyager 1, lanzada al espacio en 1977, es el artefacto humano que más se ha alejado de nuestro sistema solar.
Esta sonda ha entrado en el espacio interestelar en agosto del 2012 y en la actualidad se encuentra mucho más lejos que Plutón, a algo más de 20 mil millones de kilómetros del Sol, una distancia absolutamente increíble, una distancia que resulta imperceptible frente a los 41,3 billones de kilómetros o 4,37 años luz que nos separan de Próxima centauri y de los planetas que ésta albergaría.
Pero más aún, el Voyager 1 es también el artefacto humano más veloz alejándose del Sol en la actualidad a unos 61.500 kilómetros por hora. A esta velocidad tan increíble, esta sonda, sin embargo, tardaría aún unos 74.000 años en alcanzar Próxima Centauri.
El sólo pensar en una civilización que pudiera viajar desde Alfa Centauri hasta nosotros (en términos relativamente cortos) nos pondría de manifiesto la diferencia tecnológica que podría existir entre ellos y nosotros. En la escala Kardashov estaríamos hablando de una civilización de tipo II o III.
¿Podría existir un denominado choque de civilizaciones entre ellos y nosotros? Por cierto que no, nosotros para esta civilización seríamos un poco más que una ameba. Como dijo el astrofísico Neil deGrasse Tyson esta civilización podría habernos visitado, nos podría haber conquistado y nosotros no seríamos capaces de darnos cuenta de ello.
Pero avancemos un poco más en la teoría del bosque oscuro (una teoría por demás humana de ver las cosas).
Este postulado parte de dos suposiciones: La primera es que el objetivo más importante de toda civilización es su supervivencia.
Y la segunda es que toda civilización que sea capaz de viajar por el espacio tenderá a crecer y a expandirse, aunque teniendo en cuenta que los recursos de la galaxia son limitados.
En este sentido, supongamos que dos civilizaciones se descubren, bien porque hayan detectado señales de radio de la otra o por cualquier otro medio.
Frente a este supuesto las civilizaciones pueden optar por no hacer nada o intentar contactarse de alguna manera.
La civilización hostil atacará a siempre que descubra otra civilización.
La civilización amistosa solo atacará cuando esté amenazada.
Si hay comunicación entre ambas civilizaciones, como en el espacio la comunicación está limitada por la velocidad de la luz, no pueden estar seguras de sí el ataque está en curso mientras se están comunicando. Así que lo más práctico es no contactar.
Esta teoría del “Bosque oscuro” nos dice que existen civilizaciones inteligentes, pero no hemos encontrado ninguna porque estas se ocultan por temor a ser destruidas por otras.
Es por esto que muchos propugnan el mantenimiento a cubierto de miradas hostiles, porque según el universo sería como un bosque oscuro, sin luna. Toda civilización es: cazador y presa a la vez. Caminando silenciosamente por el bosque intentando no ser descubiertos.
Y bajo esta postura, deben ser muy cuidadosos y hacer todo lo posible para no hacer ruido, porque las presas saben que hay muchísimos cazadores por ahí.
Y según esta teoría si una civilización descubre a otra, no importaría saber si es buena o mala… lo único que debería hacer con carácter preventivo es eliminarla para asegurar su propia existencia.
En este bosque oscuro, los otros son una amenaza eterna. Cualquiera que revele su ubicación sería destruido.
Si bien nosotros en el siglo XX hemos hecho bastante para dar cuenta de nuestra presencia en la galaxia, en principio parecería que la llamada teoría del bosque oscuro no se aplicaría, teniendo en cuenta nuestros ínfimos niveles tecnológicos alcanzados a la fecha.
O tal vez sí, y quizás ya nos han conquistado o están en miras de hacerlo.
La cuestión es que esta teoría –de mirada muy humana por cierto- solamente puede ser válida desde la perspectiva de la ciencia ficción y de ello ha dado cuenta el prolífico escritor chino Cixin Liu desde su obra llamada justamente el bosque oscuro.
Desde una perspectiva literaria resulta sumamente atrayente. Pero no se sostendría desde una mirada filosófica y metafísica. 

Desde este humilde foro propugnamos con un encuentro con civilizaciones allende los mares cósmicos.

Roberto C. Suárez






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