domingo, 31 de marzo de 2013

La idea original fue delirante: una serie sobre zombies.

En 2010, cuando el productor Frank Darabont se acercó a Robert Kirkman para proponerle una adaptación televisiva de su novela gráfica The Walking Dead, el guionista tuvo sus lógicas dudas. Por un lado, el temor a que la historieta terminara bastardeada en el pasaje a un medio con reglas tan particulares, y tan diferentes, a las de cuadros y globitos; por otro, el mismo carácter dudoso de la idea. Porque el género de los muertos vivos es un clásico del cine y ha arrastrado multitudes al culto, pero... ¿una serie sobre zombies? No caben dudas de que George Romero, prócer del cine clase B y responsable de títulos ineludibles como La noche de los muertos vivos (1968) y, más acá en el tiempo, Tierra de los muertos (2005), ha construido toda una leyenda alrededor de los degustadores de cerebros (y otras vísceras). Pero una cosa es el film destinado a un público amante de las apuestas gore, y otra muy diferente mantener el interés dramático a lo largo de varios episodios... y hacerlo vendible a la gran industria.
La tercera temporada de The Walking Dead, que termina esta noche en Estados Unidos y se cierra el martes en la Argentina en la pantalla de Fox, arrasó con los ratings de su país de origen, marcando un record absoluto para una señal básica de cable: el primer episodio de la mid season (es decir, el regreso después de la pausa del invierno boreal) totalizó 12,3 millones de espectadores. Todo lo que podía suponerse sobre las reacciones del público a una serie en la que un apocalipsis nunca explicado del todo deja la Tierra a merced de los biters (mordedores) o walkers (caminantes) quedó desactivado, y aquellos que le auguraban corta vida al experimento debieron revisar sus teorías con respecto al consumo masivo de entretenimiento en el siglo XXI. De hecho, la mayor crisis que atravesó el programa, la caída más pronunciada de audiencia y las críticas de espectadores y periodistas, sucedió en la segunda temporada y porque, razones presupuestarias mediante, de pronto empezaron a escasear los muertos vivos y a abundar las escenas de personajes humanos lidiando con las circunstancias. Los teleespectadores querían tripas, querían al sheriff Rick volando cabezas, a Andrea clavando cuchillos en los ojos de esos monstruos gruñidores y a Daryl acertando flechazos, con ballesta o sin ella.

El fanatismo que disparó The Walking Dead se palpa en las cifras: los seis episodios de la primera temporada pasaron a ser 13 en la segunda y a 16 en la tercera, y en 2012 ya se realizó el anuncio de que habrá un cuarto año con 16 capítulos. Con ello, la cadena AMC convirtió otro gol de media cancha tras romper toda previsión con anomalías para el estándar de EE. UU. como Mad Men (con sus publicitarios de los ’50 que fuman todo el tiempo) y la soberbia Breaking Bad, con ese padre de familia enfermo de cáncer que se pone a cocinar meta. TWD tiene además una abundante cosecha en un amplio segmento codiciado por los programadores, que va de los 18 a los 49 años. Y allí hay otra clave que explica el suceso: quizás esta serie hubiera sido un fracaso en cualquier otro momento, pero su aparición en la pantalla chica se produce en medio de un giro cultural que el periodista Alejandro Soifer explica muy bien en su libro Que la fuerza te acompañe. Como dice allí el periodista y productor cinematográfico Axel Kuschevatzky, “mirá las diez películas más taquilleras y los programas más exitosos de la TV: al final ganamos los nerdos”.



La brutalidad gore y la absoluta incorrección política de The Walking Dead tienen razón de ser en ese panorama: el espectador de los años ’80 no toleraría los rostros podridos arrancando pedazos de carne humana, y la molesta costumbre de los productores de hacer desaparecer a personajes que se suponían centrales y protagónicos. Uno trata de no encariñarse con Michonne, la afroamericana letalmente hábil con la katana.

 “Acá nadie está seguro”, dijo la semana pasada David Morrissey, responsable de dar aterradora máscara al Gobernador, un psicópata que dirige la colonia de sobrevivientes Woodbury y cuya suerte se definirá en este cierre de temporada. La serie se dio el lujo de asestarle un final espantoso a Lori, la esposa embarazada del sheriff, y al querible Dale y al buenazo T-Dog, y a borrar de un plumazo a personajes que, según las viejas lógicas de la ficción televisiva, estaban listos para ser “desarrollados” en búsqueda de más público. The Walking Dead zarandea al espectador, y en esas sacudidas se llevó puestos a un par de guionistas y al mismo Darabont, que se alejó disgustado por el recorte de presupuesto que afectó a la segunda temporada; el productor ejecutivo y showrunner que lo siguió, Glen Mazzara, tampoco estará de regreso para la cuarta temporada. En la tele no sólo acecha el peligro zombie.
El secreto de The Walking Dead reside en que esa masa de espectadores zarandeados se ha moldeado en el fenómeno que analiza Soifer, que sacó la nerditud del gueto que ocupaba en los ’80 y comienzos de los ‘90 y que hace que hoy incluso se considere ser cool algo que antes era una cruz. Como dijo Axel K., los nerdos terminaron dominando el panorama, haciendo del universo Marvel una omnipresencia cinematográfica y posibilitando el éxito de series no recomendables para la hora de la cena, sea TWD o American Horror Story o The Following. Pero no es sólo eso. En la serie de AMC rigen cuestiones también presentes en Romero, que supo usar a los no vivientes para dibujar analogías sociales nada fantásticas, que provocan ecos en la conciencia del espectador. Resulta interesante ver lo que sucede con las conductas humanas frente al peligro externo; el mesianismo del Gobernador recuerda al de ciertos mandatarios recientes que ha tenido el país del Norte, y la horda de zombies que invade la granja al final de la segunda temporada produce un efecto asociado el terror latente en la sociedad desde que unos aviones secuestrados hicieron estragos físicos y psicológicos. “Se acabaron los debates, esto ya no es una democracia”, sentencia Rick Grimes al final del segundo año, y nadie se atreve a discutir.

Desde acá abajo, todo eso es un apunte sociológico. Ante todo y sobre todo, The Walking Dead funciona como ficción, tiene personajes inolvidables y útiles para el rebote en las redes sociales (basta poner el hashtag #TheWalkingDead en Twitter y disfrutar el resultado) y sí, es una hermosa revancha para los que disfrutamos una adolescencia de tripas y sangre en cines como el San Martín de Flores, el Gran Alsina y sus símiles en los cien barrios porteños. Zombies que ya no gritan “cerebros”, sino que van al punto, sustentados en maravillosos efectos de maquillaje (gracias, Greg Nicotero) y con la tozudez del que ya no tiene otra cosa que hacer más que acechar algo de carne fresca. Vale la aclaración para entender otra clave del asunto: los walkers del título, en realidad, no refieren a esos bichos inmundos que se arrastran por todos lados. En el universo de Kirkman, los caminantes muertos son los mismos sobrevivientes, condenados, mordiéndose el rastro, corriendo en círculos, cediendo a la tentación humana de pisar al otro para salir adelante en un mundo perdido. Y al cabo, ante la tuerta sonrisa del Governor, queda la duda de si no será preferible la compañía de un tipo bastante podrido, pero con las intenciones bien claras.

La novena versión de la serie Metal Gear, no da respiro a los jugadores.

Una mezcla de western futurista y película de ninjas de los setenta es lo que nos trae a la mente el Metal Gear Rising: Revengeance, la novena entrega de la serie de Konami.

 ¿Puede ser realista el resultado y no caer en el ridículo? Sí. Los desarrolladores de Platinum Games lograron que este título para las consolas PlayStation 3 y Xbox 360 nos permita meternos en la historia y no querer salir de ella. Nosotros probamos el juego en su edición para la consola de Sony.
Aunque como dijimos es una serie que tiene muchos lanzamientos previos, no se requiere conocer la historia contada antes para seguir sin dificultad la trama. Es más, tal vez el defecto que encontramos en el MGR: Revengeance es la previsibilidad. No hay muchos grises y el maniqueísmo está a la orden del día. O estás con los buenos o sos malo y merecés la muerte.





Recordemos que las Compañías Militares Privadas (o PMC, por sus siglas en inglés), una suerte de ejércitos privados que controlan el mundo directa o indirectamente, contratan a cyborgs como sus efectivos más poderosos. Las PMC habían aparecido en las entregas antes de esta serie. 




Raiden es miembro de una de estas especies de agencias de mercenarios, Maverick Security. Son los buenos. 



El protagonista es casi muerto a comienzos del juego y pierde mucho de lo que le quedaba de humano. Más cyborg será. Otra característica del juego: no hay mucha libertad para cambiar la trama pese a nuestra capacidad en la utilización del control de la consola.


Antes de comenzar a jugar tenemos la posibilidad de ver un adelanto de todo lo que ocurrió previamente y, además, hay un tutorial para algunos viejos y nuevos movimientos con el cuerpo que debemos hacer para tratar de sobrevivir y ganar. 



Como buenos ninjas que seremos, nuestro mejor compañero es la espada japonesa, la katana, que deberemos aprender a usar desde el comienzo del juego. No será la única arma que se podrá usar, ya que tendremos a nuestra disposición, por ejemplo, lanzaderas portátiles de misiles.
A medida que vamos despejando a nuestro oponentes iremos aumentando nuestra capacidad de lucha. También podremos ir acumulando objetos en el camino que, con el tiempo, nos servirán para desarrollar nuevas armas de fuego. 



No es un juego que dé respiro para nada. Para los que gustan de títulos que permiten revelar incógnitas y analizar estrategias, no es este el caso. En el MGR: Revengeance todo es acción desenfrenada y habilidad en el uso del gamepad.
Otro aspecto que no nos llama la atención es que el videojuego haya recibido una calificación M en Estados Unidos, lo que significa que es sólo apto para adultos. El grado de violencia es mucho y no se ahorran los litros de sangre que se vierten en el combate. ¿Podrá una katana partir en dos a un ser humano? Según este juego es posible. 





Si sumamos que el grado de realismo de los gráficos es excelente, y el sonido muy bien logrado, el impacto que produce Metal Gear Rising: Revengeance será mucho mayor.
Lanzamiento del género de acción en tercera persona para PlayStation 3 y Xbox 360
Desarrollador: Platinum Games
Productor: Konami
Precio: 599 pesos Argentinos


viernes, 29 de marzo de 2013

Humor



¿DC Comics mató a Robin?

Ha llegado el fin para Robin. Otra vez.
La editorial DC, que publica el cómic Batman, mató al inseparable amigo del "Hombre Murciélago" en una de las últimas ediciones de la tira (febrero-marzo 2013), que salió a la venta.
En una entrevista con el periódico New York Post, el escritor Grant Morrison ya había confirmado que el "Joven Maravilla" no vería de nuevo la luz del día.
Eso sí, murió con las botas (y la capa y la máscara) puestas.
"Salvo el mundo. Hace su trabajo como Robin. Muere como un héroe absoluto", señaló Morrison.
No es la primera vez que Robin muere. Jason Todd, el segundo de un total de cinco "robines" conocidos hasta ahora, sucumbió a manos del Guasón (Joker) en 1988.
El Robin más reciente era nada menos que el hijo de 10 años del multimillonario Bruce Wayne, alias Batman.
Su madre se llama Talia, y es la hermosa hija de uno de los más mortíferos enemigos de Batman, Ra's al Ghul, quien fuera interpretado por el actor Liam Neeson en la trilogía de Batman del director Christopher Nolan.
DC Comics mató a Robin con un clon genético de sí mismo. 


"Pequeño monstruo"
Grant Morrison afirmó que usó elementos del divorcio de sus propios padres como inspiración para la historia.
Batman se quedó sin su niño malcriado.
"Se trata de la familia, y de cómo la familia se va al demonio", añadió.
"Los dos adultos en la historia son culpables. El niño es el bueno de la partida", dijo.
Es la primera vez que Robin murió en la cúspide de su popularidad.
"Lo que hizo el personaje de Robin fue transformar a un pequeño monstruo (Damian Wayne) en un superhéroe", explicó el escritor.
Morrison lo describió como "un malcriadito, pero un supermalcriadito".
Dick Grayson, el Robin original, apareció en 1940 y se convirtió en una de las versiones mejor conocidas del héroe.
Jason Todd no contaba con la aprobación de los fanáticos de Batman y Robin. Una encuesta telefónica fue abierta para decidir si era o no "eliminado" por los escritores del cómic. 


http://www.eltiempo.com/entretenimiento/IMAGEN/IMAGEN-12622454-2.png

jueves, 28 de marzo de 2013

Partida del gran historietista Manuel García Ferré


No podemos más que hacernos eco, de esta triste noticia que se supo esta mañana y que sin dudas impactó con fuerza entre los artistas y todas las personas a quienes supo conquistar con sus personajes.
Este gran historietista Manuel García Ferré nos obsequió personajes inolvidables, parte muy importante de la niñez de tantos.

Breve Biografía:
García Ferré nació en Almería, España, en 1929. 
Llegó a Argentina en 1947, y trabajó para agencias de publicidad, mientras estudiaba arquitectura. 
En 1952 su personaje Pi Pío fue aceptado y publicado por la importante revista infantil argentina "Billiken".
En 1964 se creó Anteojito, otra revista para niños que en su apogeo en la década de 1970, tuvo una tirada de 300.000 ejemplares. 
Como director de su propio estudio de animación, García Ferré creó numerosas series de dibujos animados y películas. Seguramente el más influyente de ellos fue Hijitus, salió al aire entre 1967 y 1974 en Canal 13. La primera serie animada de televisión en Argentina, Hijitus se transmitió también en otras partes de la región y se convirtió en la serie de televisión más exitosa de su tipo en América Latina. 
García Ferré fue declarado Ciudadano Ilustre de Buenos Aires por la Legislatura de la Ciudad en 2009. 

Personajes
Anteojito, Antifaz, Calculín, El Boxitracio, El Comisario, El Patriarca de los Pájaros, El Profesor Neurus, Hijitus, La Bruja Cachavacha, La Marañaza, Larguirucho, Manuelita, De roble, Petete, Pantriste, Pi Pío, Pucho, Serrucho, SuperHijitus, Trapito.

Películas
Mil intentos y sin inventarios (1972)
Las aventuras de Hijitus (1973)
Petete y Trapito (1975)
Ico, el caballito valiente (1987)
Manuelita (1999)
Corazón, las alegrías de Pantriste "(2000)





viernes, 15 de marzo de 2013

Que sabremos mañana?


El modelo cosmológico de la inflación eterna nos ofrece una visión del universo que podría ser la culminación de la revolución iniciada por Copérnico. 
El astrónomo nos enseñó que no éramos el centro del universo, Darwin nos demostró que no éramos los reyes de la creación y ahora, cosmólogos como Alexander Vilenkin nos sugieren que ni siquiera seríamos únicos en un universo que, siendo infinitamente más grande de lo que pensábamos, estaría poblado de clones nuestros que repiten hasta nuestros movimientos más irrelevantes. Este universo, que haría las delicias de Jorge Luis Borges, también estaría poblado de otros clones que viven historias diferentes de las nuestras, clones de Messi que trabajan de taxistas y clones de Susana Gimenez que ofician de Monjas.
Es increíble hasta donde hemos llegado, seguro que si aun tuviéramos con nosotros a Carl Sagan estaría fascinado.

Los agujeros negros también giran.


Un equipo internacional de astrónomos y astrofísicos, tanto en ESA como en la NASA, ha conseguido medir de forma confiable la velocidad a la que va girando un agujero negro supermasivo en el centro de una galaxia espiral

Por Glenys Álvarez
Mientras más los conocemos, más extraños nos parecen. Es excepcional leer sobre los escenarios posibles si caemos en un agujero negro, las inusuales conductas del espaciotiempo y la materia, la idea de convertimos en un espagueti para luego terminar completamente triturados. Alrededor de agujeros masivos en los centros galácticos, ciclópeas cantidades de material crean una tormenta inigualable que no sólo puede terminar alimentando al agujero, sino devolviendo chorros de gas por toda la galaxia. 
El relato es interminable y sus peripecias aún están lejos del fin. Ahora, por ejemplo, los investigadores nos regalan otra primicia sobre el tema. Resulta que los astrónomos han tomado la primera medida confiable sobre el giro de un agujero negro supermasivo. Nos dicen que no sólo nos lleva a un magnífico conocimiento sobre el agujero sino que la técnica que se usó para medir esta rotación podría ayudar a desentrañar los misterios de su crecimiento y evolución.
Es enorme, eso sí. Los supermasivos lo son, casi incomprensiblemente; algunos tienen hasta diez mil millones o más veces la masa de nuestro sol. Este tiene varios millones de veces la masa solar y se encuentra en el centro de una galaxia espiral conocida como NGC 1365, situada a unos 56 millones de años luz de la Tierra en la constelación Fornax. El descomunal agujero engulle enormes cantidades de materia y produce chorros de energía, y ahora nos cuentan que está girando realmente rápido, algo que estudios anteriores habían sugerido pero que no se había podido confirmar hasta el momento. Los resultados de esta primera medida indican que el agujero gira un 84% tan rápido como le es permitido de acuerdo a la Teoría General de la Relatividad.

“Es la primera vez que realmente podemos decir que los agujeros negros están girando", explicó para SPACE.com la coautora del estudio, Fiona Harrison, de Caltech en Pasadena. "Este descubrimiento nos entrega la promesa de que seremos capaces de entender cómo crecen los agujeros negros”.

En el nuevo estudio, los investigadores analizaron las observaciones de dos telescopios espaciales de rayos X: el observatorio de la Agencia Espacial Europea XMM-Newton y el telescopio Nuclear, NuSTAR, de la NASA. Al enfocarse en la luz de alta energía emitida por los átomos de hierro, los telescopios fueron capaces de rastrear el movimiento del disco de acreción aplanado que gira en torno al agujero y que permite que gas y polvo caigan dentro de sus fauces, alimentándolo.
Pues bien, existen dos propuestas sobre el disco de acreción: algunos piensan que está realmente cerca del agujero negro, tan cerca como para suscitar efectos gravitacionales y por eso la distorsión que se captura con los telescopios; esta cercanía indica, de acuerdo a la relatividad, que el agujero estaría girando rapidísimo. Otros piensan que no está cerca y que la distorsión se debe a nubes de gas entre el agujero y el telescopio. 
NuSTAR, el observatorio que salió del planeta el año pasado, acaba de resolver el caso, cuenta Harrison. De acuerdo con el telescopio, la primera propuesta sería la correcta. 
"Para brillar a través de nubes densas, el agujero negro tendría que ser tan brillante que, básicamente, volaría en pedazos", explica Harrison, quien es la investigadora principal de la misión NuSTAR. "Por lo tanto, lo que ocurre son distorsiones relativistas. Y eso significa que el disco se acerca al agujero negro, lo que a su vez nos indica que el agujero negro debe estar girando rápidamente".
Guido Risaliti del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica y del Instituto Nacional Italiano en el Observatorio de Astrofísica Arcetri, junto al equipo internacional de astrónomos, calcularon la rotación del 84 por ciento de lo permitido por la relatividad general.
“Es difícil comprender este número”, indican, “ya que no se traduce bien en kilómetros por hora. No obstante, podemos estar seguros al decir que el agujero negro está girando tremendamente rápido”.


Más información:
El Osservatorio Astrofisico di Arcetri: http://www.arcetri.astro.it/
Harvard Astrofísica: http://www.cfa.harvard.edu/
NASA: http://www.nasa.gov/
ESA: http://www.esa.int/ESA

Para más información sobre los agujeros negros descarga la edición de enero de la revista de divulgación de ciencia en español Órbitas Científicas: http://www.editoraneutrina.com/Editora_Neutrina/Orbitas_Cientificas.html
 — conYair Tenorio.

Las ratas que se envían información con el cerebro de un continente a otro


Los científicos lo llaman un "vínculo cerebral", y es lo más cerca que ha estado la ciencia de alcanzar el sueño de la conexión mental en la vida real: los pensamientos de una rata que pasea y retoza en un laboratorio de Brasil son capturados por sensores electrónicos y enviados por Internet al cerebro de una rata situada en Estados Unidos. Según lo que acaba de publicar en 'Scientific Reports' un grupo de investigadores liderado por el investigador de origen brasileño del Centro Médico de la Universidad de Duke (EEUU) Miguel Nicolelis, el segundo animal recibe el pensamiento de la primera e imita su conducta.
Al margen de la sensación de ciencia ficción que transmite el estudio, el avance que supone en la conexión directa de cerebro a cerebro podría sentar las bases de lo que Nicolelis llama un "ordenador orgánico" donde varios cerebros están unidos para resolver problemas a los que los cerebros individuales no pueden hacer frente.
Varios expertos opinan que este campo de estudio es "un campo de minas" para la ética. Sobre todo porque Nicolelis ya está trabajando en la comunicación cerebro a cerebro entre monos. Los cerebros vinculados de las ratas usadas en este estudio están basados en 15 años de investigación en interfaces cerebro-máquina. Estas interfaces, por ejemplo, son capaces de captar las señales eléctricas generadas por los cerebros de personas gravemente paralizados y de traducirlos después en comandos que mueven un brazo mecánico, el cursor de un ordenador o incluso propio brazo del paciente.

Este trabajo ha llevado a Nicolelis a preguntarse si un cerebro puede decodificar las señales eléctricas generadas por otro. La respuesta, al menos para las ratas, es sí.

jueves, 14 de marzo de 2013

La luna hueca ¿otra leyenda urbana?

Inmersos en las teorias más absurdas y a la vez fascinantes encontramos aquella que dice que la luna es hueca. Ahora dedicaremos algunas líneas, pero más adelante volveremos con el tema, porque el mismo me resulta fascinante.

Para esta teoría se utiliza como fundamento aquél relato que dice que los astronautas del Apolo 11 estrellaron deliberadamente un modulo durante el despegue para estudiar las ondas producidas por el impacto del modulo contra la luna, las cuales se habrían prolongado por varias horas produciendo un efecto de campana. Estas cuestiones, lógicamente llegan a conocimiento público por obra y gracia de "filtraciones" en la nasa.

A estas historias casi legendarías deberíamos sumar que en opinión de algunos científicos la gravedad de la luna es demasiado baja para lo que debería ser proporcionalmente a su masa teórica, lo cual vendría a explicar convenientemente el tema de que la luna es hueca.


Complementan este universos de teorías fantásticas sobre la luna, otras que niegan el alunizaje en 1969, teorías conspirativas que dicen que todo fue armado en estudios al mejor estilo ciencia ficción barata, teoría que personalmente llama la atención, no quiero decir que pueda corroborarse como cierta, pero presenta ciertos elementos dignos de atención, los cuales van desde la simple idea de que en 1969 no existía tecnología suficiente para llegar a la luna y superar por ejemplo la magnetosfera, máxime si tenemos en cuenta que en 1986 se prendió fuego una nave tripulada conocida como el challenger, o a modo de ejemplo, la tan mentada bandera flameando en el vacío.

Por último, quizás la más fascinante de las teorías conspirativas vinculadas a la luna, se refiere a las supuestas construcciones encontradas en 1969, por el primer viaje tripulado, como la presencia de ovnis, referidos por los astronautas.

Bueno para terminar les dejo un vídeo que refleja algunos aspectos de esta teoría de que la luna es hueca, embebido en más teorías conspirativas.

  

Clovis el cometa que heló al mundo por Cristina E. Ebolí

Una hipótesis defiende que el impacto de una gran roca espacial dio lugar hace 12.000 años al último periodo glaciar y causó una extinción masiva en América del Norte.

Los dinosaurios no han sido las únicas víctimas de una roca espacial. Al menos eso piensan los científicos que defienden la hipótesis del cometa Clovis. Según sus defensores, un gran cuerpo extraterrestre chocó contra Norteamérica o explotó sobre ella hace aproximadamente 12.900 años, lo que desencadenó una extinción masiva de la flora y fauna del continente y un enfriamiento del hemisferio norte denominado Younger Dryas que bajó los termómetros a 15 grados en algunas regiones y rebajó el nivel del mar decenas de metros.

Ya fuese una colisión o una explosión habría causado grandes incendios a lo largo de toda Norteamérica que arrasaron cuanto encontraron a su paso. El nombre que se otorga al cometa proviene de la población que habitaba entonces el continente. Los restos arqueológicos de los Clovis, que se extendieron desde Canadá a México, desaparecieron de una forma fugaz sin dejar rastro coincidiendo con la fecha que se atribuye a la llegada del cometa. La hipótesis considera que los humanos que no sucumbieron víctimas de la explosión y el fuego lo hicieron de hambre al quedarse sin recursos. Y junto a ellos pereció una megafauna compuesta por mamuts o perezosos gigantes, entre otros animales extintos. Los yacimientos hallados muestran una capa posterior a la época Clovis sin rastro de ocupación o de vida que se prolonga durante cerca de 500 años hasta que vuelven a encontrarse evidencias de población. 

Avance del hielo

 

 El impacto y los incendios también debieron provocar un gran deshielo en la capa glaciar norteamericana. Este fenómeno generó una gran masa de agua dulce que habría ido a parar al Océano Atlántico, donde interrumpió la corriente cálida que circula hacia el polo norte y lo calienta, lo que a su vez habría dado lugar al avance del hielo y el súbito enfriamiento, que se prolongó durante cerca de 1.000 años.
Pero no todo lo que trajo consigo el Clovis habría sido malo. La sequía que produjo en Oriente Próximo el Younger Dryas obligó a las poblaciones allí asentadas -agrupadas bajo la denominación de cultura Natufiense- a buscar nuevas formas de subsistencia dada la escasez de alimentos que les ofrecía la caza y la recolección. Así idearon la agricultura, uno de los avances más importantes en la historia de la humanidad.
Aunque cuenta con defensores la hipótesis del cometa Clovis no es mayoritaria entre la comunidad científica, ya que se considera que no existen suficientes pruebas de la colisión del meteorito. Lo que no se discute es que, de producirse el choque, las consecuencias bien podrían ser las que enumera esta teoría.

Fuente: http://www.abc.es/

sábado, 9 de marzo de 2013

Star Trek - En la Oscuridad

Varias series de televisión, once películas, considerada como una franquicia de culto, Star Trek ha logrado cautivar a millones de espectadores por todo el globo.


Sin embargo, aún hay mucho público por abarcar por lo que en la doceava cinta se intentó generar una historia en la que todos pudieran comprender la historia matriz.


Star Trek: en la oscuridad (Star Trek in the Darkness), se estrenará a nivel mundial el próximo 17 de mayo, y cuenta nuevamente con las actuaciones de Chris Pine, Zachary Quinto, Zoe Saldana.
El formato de esta nueva cinta -dirigida por J.J. Abrams (si el mismo de la saga Stars Wars)- es en 3D, pero a diferencia de otras realizadas de la misma manera, en esta se está transformando cada cuadro.



Star wars - El geriatrico contraataca


En declaraciones a la revista Business Week Bloomberg, accidentalmente se escapó que el trío original de la trilogía original, Carrie Fisher como la princesa Leia, Mark Hamill como Luke Skywalker, y Harrison Ford como Han Solo, estarán de vuelta para Star Wars: Episodio 7 .



Desconocemos supinamente si el recordado CHUBAKA habrá arreglado también para la filmación de la nueva trilogía.
Pero sabemos por buena fuente que "Chubie" habría tenido inconvenientes en la negociación: "no le habría convencido el parlamento de la película".



Como muchos fanáticos, pensamos que J. J. Abrams tiene una gran misión, devolver a Star Wars la dignidad perdida en la última Trilogía, que es más bien para el recuerdo.
La Película estará lista para el 2015, y desde "esta curvatura del espacio" abogamos para que se apuren, no sea cosa que se queden sin los actores principales!

sábado, 2 de marzo de 2013

Las Tres Leyes de la Robótica - Asimov


Las tres leyes de la robótica son un conjunto de normas escritas por Isaac Asimov, que la mayoría de los robots de sus novelas y cuentos de ciencia ficción, están obligados para cumplir. 
Las leyes se graban desde el diseño de los androides.
En ese universo, las leyes son "formulaciones matemáticas impresas en los senderos positrónicos del cerebro" de los robots (líneas de código del programa de funcionamiento del robot guardadas en la ROM del mismo). 
Estas leyes aparecieron por primera vez en el relato Runaround (1942), y concretamente establecen lo siguiente:

Un robot no puede hacer daño a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daño.

Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la Primera Ley.

Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la Primera o la Segunda Ley.1


Esta redacción de las leyes es la forma convencional en la que los humanos de las historias las enuncian; su forma real sería la de una serie de instrucciones equivalentes y mucho más complejas en el cerebro del robot.
Asimov atribuye las tres Leyes a John W. Campbell, que las habría redactado durante una conversación sostenida el 23 de diciembre de 1940. Sin embargo, Campbell sostiene que Asimov ya las tenía pensadas, y que simplemente las expresaron entre los dos de una manera más formal.

Las tres leyes aparecen en un gran número de historias de Asimov, ya que aparecen en toda su serie de los robots, así como en varias historias relacionadas, y la serie de novelas protagonizadas por Lucky Starr. También han sido utilizadas por otros autores cuando han trabajado en el universo de ficción de Asimov, y son frecuentes las referencias a ellas en otras obras, tanto de ciencia ficción como de otros géneros.

¿Cómo afecta la teoría de la relatividad a nuestros GPS?


El GPS consiste en una red de 24 satélites situados en una órbita a 20.000 kilómetros de distancia de la tierra. El receptor GPS de nuestro automóvil se pone en contacto con cuatro de esos satélites. Tres de ellos, por un sencillo cálculo geométrico de triangulación con las señales recibidas, calculan nuestra posición.
Las señales que se envían y reciben para este cálculo viajan a la velocidad de la luz. Aún así tienen una mínima demora que también hay que calcular para que el resultado sea exacto. Este es el papel del cuarto satélite: ajustar con exactitud la hora del reloj de nuestro GPS. Para ello, los satélites se valen de un reloj atómico extremadamente exacto que llevan con ellos, un reloj que se atrasa una milésima de segundo cada 100.000 años.
Aparentemente ya está todo resuelto. Con la triangulación de las tres señales y la sincronización entre el reloj atómico del satélite y el de nuestro GPS el sistema debería hallar nuestra posición exacta. Pero no es así. El cálculo fallaría por muchos kilómetros. ¿Por qué?


Teoría de la relatividad
Es aquí donde entra en juego la teoría de la relatividad de Einstein. Sin ella, el GPS sería inviable.
Esta teoría afirma que el tiempo transcurre más lentamente cuanto mayor es la velocidad a la que nos desplacemos. El fenómeno no es apreciable en la tierra, con los medios de transporte actuales, pero sí lo sería a velocidades próximas a las de la luz.
Es famoso el ejemplo del astronauta que, tras viajar al centro de nuestra galaxia en una nave a velocidades fantásticas y regresar a la tierra habrían transcurrido para él 60 años, mientras que para los habitantes del planeta habrían pasado 4 millones de años.
Una segunda conclusión de la teoría de la relatividad es que a menor atracción del campo gravitatorio, el tiempo transcurre más deprisa.

Ahora que conocemos estas dos leyes hay que tener en cuenta que los satélites GPS orbitan a 14.000 kilómetros por hora. Esto significa que el tiempo para ellos (al igual que en el ejemplo del astronauta) transcurre más despacio.
Por otra parte, están a 20.000 kilómetros de la tierra. Allí la atracción gravitatoria es menor y por tanto, de acuerdo a la segunda conclusión el tiempo pasa más rápido.
Restando la diferencia de ambos fenómenos obtenemos que el tiempo transcurre 39 millonésimas de segundo por día más despacio para los satélites que para las personas que estamos en la tierra. Es decir, al final de cada día, el satélite es 39 millonésimas de segundo menos joven que nosotros.
No parece una diferencia muy grande, pero hay que tener en cuenta que se usa para cálculos en los que la velocidad de las señales de los satélites (300.000 km/seg.) es uno de los parámetros. Cualquier millonésima que nos dejemos en el tintero multiplicada por esta cifra se transforma en un error de bulto que supondría un fallo de 11 kilómetros más cada día al calcular nuestra posición.
Los instrumentos de los satélites ajustan automáticamente sus cálculos a estos fenómenos de la teoría de la relatividad, lo que permite una exactitud de quince metros. Lo que les impide afinar al milímetro son las interferencias de la atmósfera o las circunstancias climatológicas.
Esta es la magia de la ciencia y la tecnología: convertir en sencillo algo que en realidad es sumamente complejo. Cada vez que nuestro GPS nos sugiere girar a la derecha o a la izquierda, hay un milagro industrial y tecnológico nacido de la genialidad de un científico sin parangón en la historia.
Por cierto, sin los descubrimientos de Einstein tampoco podría tomar fotos con una cámara digital, ni escuchar un disco compacto ni, mucho menos, leer este artículo, ya que la fibra óptica o el chip que hace funcionar el ordenador tampoco existirían.

¿Viajar en el tiempo rumbo al futuro?


Stephen Hawking eminente astrofísico británico de fama mundial, cree que viajar en el tiempo es posible y que podría suponer la salvación futura de la humanidad. Su afirmación, basada en la Teoría de la Relatividad de Einstein, ha recibido recientemente apoyo experimental desde el LHC (Large Hadron Collider). El propio físico de partículas Brian Cox confirma este último punto: 
“Cuando aceleramos partículas diminutas al 99.99% de la velocidad de la luz en el LHC de Ginebra, el tiempo transcurrido para ellas es una sietemilésima parte del que medimos con nuestros relojes”.
Stephen Hawking cree que a lo largo de seis años, una nave que transportara a humanos podría acelerar hasta el 98% de la velocidad de la luz. A esa velocidad, cada día transcurrido en la nave supondría un año en la Tierra. De este modo, una vez que la Tierra se volviese inhóspita por nuestra acción, los humanos que viajasen en esa nave podrían regresar a repoblar nuestro planeta muchos años más tarde. (Cada año en el espacio supondría 365 años en la Tierra).


Hawking, que sorprendió recientemente a propios y a extraños aconsejando no contactar con los extraterrestres por nuestra propia seguridad, ha declarado en numerosas ocasiones estar obsesionado con la idea de viajar en el tiempo, aunque es consciente de que dicho viaje solo puede darse hacia el futuro.
Se ve que con los años, Hawking ha apartado un poco la prudencia académica que le caracterizaba, comenzando a tratar en sus charlas temas más “excéntricos” como el del contacto alienígena y el viaje en el tiempo.
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